La buena vida
Tardes y momentos premium, con espectaculares vistas y piscina cubierta.
Con vistas al Océano Atlántico y junto a la piscina cubierta, en La buena vida disfrutará de gastronomía hecha a fuego de leña que evoca momentos en familia o amigos, momentos en los que disfrutamos de la vida.
De Lunes a Domingo:
Abierto de 10:00 a medianoche.
* Menú diario a la carta: de 12:00 a 16:00
Servicio de brunch cada sábado y domingo de 10:30 a 12:30
Brunch: 32€ por persona
Brunch + SPA: 49€ por persona
Una vez compre su brunch, es necesario reservar su mesa llamando al 0034 928 800 000.
Aquí sucede esto.
En este espacio de piscina y mar, la buena vida está presente. Tan cerca de todo, pero a la vez con la distancia necesaria para sentirse especial y ajeno a todo lo que nos estresa. Con una estética fresca y elegante, es el lugar perfecto para aquellos que quieren estar en el centro de lo que está de moda.
Definimos La Buena Vida como el momento que vivimos sintiendo que estamos rodeados de todo aquello que deseamos y nos hace felices, y en La Buena Vida lo ponemos a su alcance.
Desde un cocktail, un almuerzo o una cena, solo y a la vez acompañado; hasta una tarde o noche, recostado mientras el sol desaparece al ritmo de la música perfecta para ese momentazo… Eso es lo que envuelve La Buena Vida para nosotros.
En La Buena Vida, el perfume de la leña de nuestro horno con el que preparamos algunas de nuestras vanguardistas elaboraciones, se funde con el olor a playa, le ofrecemos degustar alguno de nuestros cócteles o nuestros platos, mientras acaricia el mar con sus dedos.
Situado en la segunda planta del Arrecife Gran Hotel & Spa, La Buena Vida es el balcón de la playa del Reducto, y le ofrece la posibilidad de elegir entre los platos de nuestra carta adaptada al entorno y al disfrute que encuentran nuestros visitantes en este espacio. Con platos frescos, y otros con ese toque de leña, le invitamos a disfrutar de este entorno joven, fresco y chill, pero elaboraciones y productos que soprenden a los sentidos mas exigentes.
En La buena Vida, exprimimos nuestro cerebro, para que usted desconecte el suyo.